Crecí junto al mar, en el País Vasco. Desde pequeña, me atrajo explorar el mundo: de Madrid a Osnabrück, pasando por Cambridge y Suiza, hasta Baviera, donde encontré mi segundo hogar.
Mi camino me llevó a través de empresas internacionales, en viajes exóticos por el mundo y siempre en búsqueda de nuevos desafíos.
Pero en 2018, mi cuerpo me detuvo: la migraña que según decian los méidicos se había vuelto crónica y el agotamiento me obligaron a buscar nuevos caminos. A través de la nutrición consciente, el contacto con la naturaleza, el mar, el ayuno, las técnicas de respiración y la meditación, encontré más energía y bienestar.
Entonces me di cuenta: muchas sustancias nocivas que queremos evitar también se encuentran en los cosméticos.
Comencé a responsabilizarme de mi bienestar y a desarrollar mis propias rutinas cosméticas: puras, naturales y ecológicas.
En armonía con la naturaleza y siempre desde el respeto a las personas, los animales y el medio ambiente surgió el viaje más importante que he emprendido jamás.